esto no es vida… ¿o sí?
¿Has dicho alguna vez “esto no es vida” mientras mirabas al techo con cara de estatua griega dramática? ¿Así como si el universo te debiera una explicación y, de paso, un croissant calentito? Pues bienvenida al club. La frasecita se escapa fácil… en una cola infinita del súper, esperando el bus bajo la lluvia, o abriendo la nevera y viendo que, otra vez, toca arroz blanco. Tercera vez esta semana. ¿Casualidad? No lo creo.
Pero ojo, que aunque te rías un poco por dentro (o por no llorar), hay una parte de ti que lo dice muy en serio. Esa que susurra “yo así no quiero seguir”. Y no, no estás exagerando. Solo estás harto. Y con razón.
lo que realmente dices cuando sueltas “esto no es vida”
Spoiler: no estás hablando de sueño. Bueno, sí, también. Pero esto va más allá del cansancio físico, del grupo de WhatsApp del cole que nunca calla o del jefe que cree que trabajar es un acto de fe. Cuando dices “esto no es vida”, lo que estás diciendo en realidad es:
“me siento atrapado, desconectada, o no sé ni por dónde empezar para volver a sentirme bien con lo que tengo… y con lo que soy”.
Y claro, te entiendo. Aquí en este rinconcito donde hablamos sin filtros y con galletas decentes (las de cemento se quedan fuera), vamos a profundizar un poco. Sin agobios. Sin coaching invasivo. Pero con muchas verdades de las que pican y liberan a partes iguales.
no estás solo, y no estás loco (aunque a veces lo parezca)
Somos muchos los que hemos sentido que la vida se nos escapa entre los dedos como arena mojada de playa cutre. De esa que ni vale para castillos. Una parte de ti quiere cambiar, hacer algo distinto, mandar todo a paseo y empezar de cero. Pero la otra está tan cansada… que solo quiere una siesta de tres días y que nadie le hable.
Y no, cambiar no va de pulsar un botón mágico. Aunque si alguien tiene uno, que traiga café, chocolate y un spa incluido. Por si acaso.
¿por dónde empieza el cambio real?
Por hacerte preguntas incómodas. Las que dan un poco de cague pero abren puertas:
- ¿qué quiero?
- ¿qué necesito de verdad?
- ¿qué parte de mi vida me nutre y cuál me agota como si estuviera corriendo una maratón en tacones?
Eso es el principio de todo. De un cambio de verdad. De los que no llevan glitter ni frases motivacionales de taza, pero que funcionan.
el piloto automático: ese ladrón de sueños y siestas
Te levantas. Corres. Trabajas. Atiendes. Barres. Friegas. Contestás mails. Pones lavadoras. Y entre lavadora y lavadora… se te olvida respirar. Se te olvida preguntarte si esta vida que llevas es la tuya, o la que fuiste aceptando por inercia, como quien dice “sí” en un buffet y acaba con 8 platos que no le gustan.
Spoiler otra vez: no hace falta que te vayas a Bali a vender batidos de matcha. Aunque si lo haces, avisa. Pero esto va de reconectar contigo. De recordar qué te hacía feliz. Qué te emocionaba. Qué dejaste atrás porque “no había tiempo” (ese ente malvado que se come todo: los sueños, las siestas y las ganas).
vale, esto no es vida… ¿pero entonces qué sí lo sería?
Te propongo algo muy simple y muy poderoso: la próxima vez que digas “esto no es vida”, añade una segunda frase. Algo tipo:
“vale, ¿y entonces qué sí lo sería?”
Quizá no tengas la respuesta ahora mismo, pero ya estás sembrando. Ya estás poniendo a tu mente y tu alma a currar en una dirección distinta. Y eso, amig@, ya es un paso enorme.
spoiler final: no necesitas tenerlo todo claro
Hay un mito por ahí que dice que para cambiar de vida tienes que tenerlo todo clarinete. Un plan maestro, 7 estrategias, 3 objetivos SMART y la luna en fase creciente.
Mentira cochina.
La mayoría de personas que dan un giro lo hacen desde una mezcla perfecta de:
🥴 CANSANCIO + 💪 VALENTÍA
Así, con mayúsculas. Porque están tan hartas, que dan un paso. Y luego otro. Y otro. No hace falta más.
el primer paso puede ser:
- decir “no” a lo que ya no te sirve
- descansar sin culpa
- pedir ayuda sin excusas
- dejar de justificar que quieras estar bien
Porque estar mal ya es motivo suficiente para querer cambiar. No necesitas firmar un contrato con argumentos lógicos. Te sientes mal → mereces estar mejor. Fin.
y por favor… no te compares
No, las vidas de Instagram no cuentan. Allí nadie enseña las noches sin dormir, ni las discusiones por tonterías, ni la duda constante de “¿y si la estoy liando?”. Compárate solo contigo. Con tu yo de hace un mes, un año, o diez. Y si ves que has aguantado, aprendido, superado cosas… ¡celebra, leche! Que no todo va a ser darte caña.
esto no es vida… pero puede ser el principio de algo más tuyo
No necesitas tenerlo todo resuelto. Solo necesitas empezar a escucharte. Tratarte como tratarías a alguien que quieres de verdad. Con paciencia. Con amor. Y, ya que estamos, con humor. Porque bastante drama hay ya como para no echarnos unas risas por el camino.
y ya acabando (pero en serio)
Sí, puede que esto no sea vida. Pero también puede ser el inicio de algo distinto. Algo más tuyo. Más honesto. Más libre. Solo necesitas un primer paso. Y si necesitas una mano, aquí estoy. Con mi voz, mis artículos y mis galletas. Todo tuyo.
Nos vemos en el próximo post… o en tu próxima crisis existencial. Que también vale. Pero esta vez, con más conciencia, más risa… y con ganas de cambio. Porque sí, SE PUEDE.