El valor de las pequeñas cosas: La intensidad frente a la duración
¿Alguna vez te has preguntado por qué hay momentos que se quedan grabados en tu memoria como si fueran una película a cámara lenta? ¿O por qué hay personas que, aunque pasen poco tiempo en tu vida, dejan una huella imborrable? La respuesta está en la intensidad, no en la duración.
Lo efímero también puede ser eterno
Parece contradictorio, ¿verdad? Pero piensa en esas risas espontáneas, en ese abrazo inesperado o en aquella conversación que te hizo ver la vida de otra manera. Ninguno de esos momentos fue especialmente largo, pero su impacto fue enorme. La calidad de una experiencia no se mide en minutos, sino en emociones.
Como coach, veo esto a menudo en las sesiones. A veces, en un solo instante de claridad, una persona encuentra la respuesta que llevaba años buscando. Ese segundo de luz pesa más que meses de dudas.
Las personas únicas NO necesitan ser eternas
Lo mismo pasa con las personas. Hay quienes están a tu lado toda la vida, pero su presencia apenas roza la superficie. Y luego están esas personas únicas, las que con pocas palabras o gestos logran conectar contigo a un nivel profundo.
Piensa en ese amigo que conociste en un curso, en un viaje, o en una charla breve pero intensa. Su paso por tu vida fue breve, pero la marca que dejó es imborrable.
La intensidad como clave del crecimiento personal
Ahora, ¿cómo aplicamos esta idea en el coaching y en la vida diaria?
- Aprovecha El Presente: Deja de esperar el momento perfecto. La intensidad surge cuando te entregas por completo al ahora.
- Busca Experiencias Significativas: No se trata de llenar tu agenda, sino de vivir momentos que te transformen.
- Rodéate De Personas Que Te Inspiren: A veces, una conversación auténtica vale más que mil encuentros superficiales.
Convierte cada instante en inolvidable
Al final, la vida no se mide en años, sino en momentos que te quitan el aliento. En el coaching, trabajamos precisamente en eso: en ayudarte a crear una vida plena, rica en experiencias intensas, en decisiones valientes y en relaciones auténticas.
Así que ya sabes, no te obsesiones con la duración de las cosas. Enfócate en la pasión, en la entrega y en la autenticidad. Porque lo que realmente cuenta no es el tiempo que algo dura, sino la intensidad con la que lo vives.

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José Ignacio Méndez